Precios por las nubes: Montevideo se posiciona entre las ciudades más caras de la región

Vivir en Montevideo no es barato, y las últimas comparaciones internacionales lo confirman: la capital uruguaya figura entre las cinco ciudades latinoamericanas con el costo de vida más elevado, junto a San Juan (Puerto Rico), Nassau (Bahamas), Ciudad de México y San José (Costa Rica).

El impacto sobre el bolsillo de quienes viven en Montevideo se hace sentir en múltiples aspectos: de acuerdo a información publicada por LaRed21, los alquileres en barrios como Cordón, Pocitos, Parque Rodó, superan fácilmente los 700 dólares mensuales por un apartamento de un dormitorio. A eso se le suman los elevados costos en servicios públicos, alimentos y transporte, lo que convierte a la capital uruguaya en una ciudad difícil de sostener para muchas familias.

Según estimaciones recientes de sitios especializados como Numbeo y LivingCost, el gasto mensual para una persona soltera en Montevideo ronda los 900 dólares sin incluir alquiler, mientras que una familia tipo puede necesitar más de 3.000 dólares al mes para cubrir sus necesidades básicas. Esto ubica a Montevideo en una posición incómoda en los rankings regionales, especialmente para un país con menos de cuatro millones de habitantes.

La dependencia de productos importados, el precio del combustible, que figura entre los más altos de la región, y un mercado inmobiliario con demanda sostenida, incluso en tiempos de incertidumbre económica, son algunos de los factores que explican este fenómeno. Aunque la ciudad ofrece buena infraestructura, cierto orden urbano y acceso a servicios, el costo de mantener ese nivel de vida es comparable al de varias ciudades europeas.

En comparación, San Juan (Puerto Rico) y Nassau (Bahamas) presentan realidades similares: economías dolarizadas, alto nivel de importación de productos y mercados orientados al turismo o la inversión extranjera, lo que termina elevando los precios para los residentes permanentes. Por su parte, la Ciudad de México y San José también sufren presiones por el encarecimiento de la vivienda en zonas céntricas y la desigual distribución del desarrollo urbano.

Lo cierto es que, más allá de las diferencias culturales, políticas o económicas entre estas ciudades, hay un punto en común: vivir en ellas exige ingresos significativamente por encima del promedio regional. En ese contexto, Montevideo, con su estabilidad relativa, vuelve a mostrar una paradoja: ofrece calidad de vida, pero a un precio que no todos pueden pagar.

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