Controversia en Estados Unidos: denuncian deportaciones de niños ciudadanos con cáncer
La política migratoria de Estados Unidos volvió a encender la alarma internacional esta semana, tras la publicación de un informe que revela la deportación de niños ciudadanos estadounidenses —diagnosticados con cáncer y otras enfermedades graves— junto con sus familias migrantes. Según el reporte, múltiples casos han sido registrados en los últimos meses, generando fuertes críticas y nuevas demandas contra el gobierno federal.
Niños ciudadanos deportados en tratamientos críticos
De acuerdo a la información revelada, el proceso de deportación afecta a familias cuyos hijos, a pesar de haber nacido en Estados Unidos y ser ciudadanos por derecho, son expulsados del país debido a la situación migratoria irregular de sus padres. En varios de los casos documentados, los menores estaban en pleno tratamiento médico, incluidos procedimientos oncológicos de alta complejidad que se ven interrumpidos abruptamente tras su salida forzada.
La organización sin fines de lucro Trax, que ha estado siguiendo de cerca la situación, denunció que las deportaciones se están realizando sin considerar el estado de salud de los niños ni procurar alternativas humanitarias. El trauma de ser arrancados de su tratamiento y trasladados a países donde la atención médica es limitada o inaccesible, podría tener consecuencias fatales, advierten médicos y defensores de derechos humanos.
Responsabilidad institucional y protesta social
Desde distintos sectores políticos y sociales en Estados Unidos surgieron reacciones inmediatas. Legisladores demócratas pidieron explicaciones al Departamento de Seguridad Nacional y exigieron una revisión de las políticas actuales que, según sus palabras, están “poniendo en riesgo vidas inocentes”. Varias manifestaciones espontáneas se organizaron frente a clínicas infantiles y hospitales en ciudades como Los Ángeles, Houston y Chicago.
Entre los manifestantes se encuentran médicos, trabajadores sociales, y ciudadanos preocupados que reclaman una respuesta urgente. “No puede ser que un niño sea tratado como daño colateral de una política agresiva. Estamos hablando de vidas”, expresó la pediatra oncológica Sara Martínez en una de las concentraciones.
El contexto político tras las decisiones
Analistas consideran que esta nueva ola de deportaciones es parte de un endurecimiento más amplio en las políticas migratorias de la actual administración, que enfrenta crecientes críticas tanto dentro como fuera del país. A diferencia de medidas similares implementadas en gobiernos anteriores, en esta ocasión los procedimientos parecen dirigirse incluso contra ciudadanos estadounidenses menores de edad, bajo interpretaciones legales cuestionadas por expertos en derecho migratorio.
Al mismo tiempo, el escenario político está atravesado por una crisis de apoyo a figuras centrales del poder. En los últimos días, Elon Musk anunció una disminución en su colaboración con el gobierno de Donald Trump, luego de la caída estrepitosa de Tesla en bolsa, lo que refleja un clima de inestabilidad y fractura dentro de sectores estratégicos de apoyo oficialista.
Impacto internacional y llamados a la acción
Organismos internacionales, como Amnistía Internacional y Unicef, también se pronunciaron respecto de las denuncias. Ambas organizaciones pidieron al gobierno estadounidense reconsiderar las deportaciones y garantizar el derecho a la salud de los niños afectados. Asimismo, solicitaron establecer medidas urgentes que permitan la continuidad del tratamiento médico para quienes fueron desplazados involuntariamente.
Desde América Latina, varios gobiernos elevaron su preocupación a través de canales diplomáticos, ante el riesgo de que algunos de estos niños fueran enviados a países sin los recursos médicos necesarios para tratar enfermedades complejas como el cáncer infantil. En tanto, especialistas en derecho internacional advierten que Estados Unidos podría enfrentar demandas ante organismos de derechos humanos si no revierte estas prácticas.