Venezuela se prepara para elecciones legislativas y regionales en medio de tensiones políticas
El próximo 25 de mayo, Venezuela celebrará elecciones para renovar la Asamblea Nacional y elegir a los gobernadores de los 24 estados del país. Este proceso electoral se desarrolla en un contexto de alta tensión política, marcado por llamados a la abstención, denuncias de conspiraciones y detenciones de líderes opositores.
Contexto político y llamados a la abstención
Las elecciones presidenciales de julio de 2024, en las que Nicolás Maduro fue proclamado ganador, fueron ampliamente cuestionadas por la oposición y la comunidad internacional debido a presuntas irregularidades y falta de transparencia. En respuesta, sectores opositores, encabezados por María Corina Machado, han instado a la ciudadanía a no participar en los comicios del 25 de mayo, argumentando que hacerlo legitimaría un proceso que consideran fraudulento.
Machado ha declarado que “las elecciones fueron el 28 de julio (de 2024). Ese día el pueblo eligió (…). El resultado debe y va a ser respetado. Hasta que ese resultado no entre en vigor, no procede participar en elecciones de ningún tipo”. Esta postura ha generado divisiones dentro de la oposición, con algunos líderes abogando por la participación como una forma de resistencia y otros promoviendo la abstención como señal de protesta.
Detenciones y acusaciones de conspiración
En los días previos a las elecciones, el gobierno de Maduro ha intensificado las acciones contra figuras opositoras. El 23 de mayo, Juan Pablo Guanipa, miembro del partido Primero Justicia y aliado cercano de Machado, fue detenido por fuerzas gubernamentales. El ministro de Interior, Diosdado Cabello, acusó a Guanipa de liderar una conspiración para sabotear los comicios mediante actos violentos, presentando supuestas pruebas como cuadernos, dispositivos electrónicos y armamento.
Guanipa se encontraba en la clandestinidad desde las elecciones presidenciales de julio, tras sufrir varias persecuciones. Su detención se suma a una serie de arrestos recientes de dirigentes opositores y activistas en el marco de la denominada “Operación Tun Tun”. La oposición ha condenado estas acciones, calificándolas de “terrorismo de Estado” y denunciando una estrategia para silenciar el disenso y consolidar el control del oficialismo.
Medidas gubernamentales y restricciones
El gobierno ha denunciado supuestas conspiraciones para sabotear las elecciones, lo que ha llevado a la suspensión de todos los vuelos desde Colombia por una semana, alegando intentos de infiltración de agentes extranjeros. Las autoridades aseguran haber detenido a 38 personas con materiales explosivos, señalando a la oposición, especialmente a María Corina Machado, de planear acciones violentas.
Estas medidas han agravado el aislamiento aéreo del país, que ya tiene suspendidas sus conexiones con Panamá y República Dominicana. Además, crecen las tensiones internacionales por la llamada a votar en el Esequibo, territorio en disputa con Guyana, desafiando una recomendación de la Corte Internacional de Justicia. Estados Unidos ha elevado su alerta de seguridad, recomendando a sus ciudadanos abandonar Venezuela inmediatamente.
Posturas internacionales y preocupaciones democráticas
La comunidad internacional observa con preocupación el desarrollo de estos comicios. Diversos países y organizaciones han cuestionado la transparencia y legitimidad del proceso electoral en Venezuela. La falta de observadores internacionales independientes y las restricciones impuestas a la prensa y a la oposición han sido señaladas como indicios de un proceso poco democrático.
En este contexto, el presidente colombiano Gustavo Petro ha sido criticado por su afinidad con el gobierno de Maduro y por actitudes que algunos consideran similares a las de líderes autoritarios. Aunque un gobierno de izquierda no es problemático per se, se advierte sobre los riesgos cuando se debilitan principios democráticos como la libertad de prensa y la división de poderes.