En el marco de una entrevista distendida en el programa de Ángel de Brito, el conductor habló sobre los efectos negativos de las drogas y cuestionó la naturalización del consumo. Al debate se sumaron panelistas y el testimonio de Romina Uhrig, quien relató su experiencia con la dependencia.
Durante una entrevista en LAM (América TV), en la que se promocionó su llegada a la señal, Beto Casella sorprendió al brindar un mensaje claro y contundente sobre los riesgos del consumo de drogas, con especial énfasis en la marihuana. En un clima descontracturado, el conductor decidió correrse del tono liviano y reflexionar sobre una problemática que, según remarcó, muchas veces se minimiza.
Casella sostuvo que las drogas no hacen bien y advirtió sobre el daño que pueden generar, incluso cuando socialmente se presentan como inofensivas. En ese sentido, apuntó directamente al consumo de marihuana, cuestionando la idea instalada de que se trata de algo natural o sin consecuencias.
Al intercambio se sumó Fefe, quien señaló que hoy existe una fuerte normalización del consumo, expresando que socialmente todo está permitido bajo la excusa de la diversión, y agregó que muchas personas no registran el nivel de dependencia que terminan generando. Según expresó, el problema aparece cuando se pierde de vista el límite y se confunde el hábito con algo controlable.
Por su parte, Ángel de Brito coincidió en el diagnóstico y remarcó que tanto la marihuana como las pastillas cuentan con una “buena prensa”. Comentando que socialmente se cree que fumar te hace canchero, aunque aclaró que esa mirada oculta una realidad compleja: la adicción es un problema serio y difícil de afrontar.
El momento más emotivo llegó con el testimonio de Romina Uhrig, ex participante de Gran Hermano, quien relató que llegó a desarrollar una dependencia con algunas drogas. En su mensaje, reconoció que atravesó una etapa complicada y afirmó que contar su experiencia puede servir de ayuda para otras personas que estén pasando por situaciones similares. “Está mal”, expresó, en referencia al consumo, y destacó la importancia de hablar del tema sin romantizarlo.
Las reflexiones que se escucharon en el programa dejaron un mensaje común: la marihuana y las demás drogas hacen mal, más allá de la imagen liviana o atractiva que muchas veces se construye alrededor de su consumo. Resolver los problemas desde un lugar saludable (como la terapia, el acompañamiento profesional, el apoyo espiritual o comunitario), aparece como el camino más responsable.
El debate en LAM puso sobre la mesa una realidad que suele esquivarse en los medios: drogarse no es una solución. Buscar ayuda, hablar y enfrentar las dificultades desde espacios sanos puede marcar la diferencia y evitar consecuencias que, en muchos casos, llegan cuando ya es tarde.
