La investigación por el asesinato del policía Joel Rodríguez, ocurrido el pasado 11 de julio en la zona del Molino de Pérez, derivó en el desmantelamiento de una peligrosa banda que operaba desde Cruz de Carrasco, con conexiones insospechadas, incluso en barrios privados.
De acuerdo a información publicada por Subrayado, y según las averiguaciones del Departamento de Homicidios, el grupo se dedicaba a asaltar principalmente a parejas que se detenían en la rambla o a repartidores, con el objetivo de robar motos. Esa misma lógica fue la que terminó con la vida de Rodríguez, un funcionario de 35 años de la Guardia Republicana, que trabajaba como negociador y fue abordado por varios delincuentes cuando estaba en la zona.
La víctima fue baleada en la cabeza y falleció al día siguiente. En el mismo asalto, también le robaron la moto a otro joven que estaba cerca del lugar.
Tras el crimen, se realizaron allanamientos en Cruz de Carrasco que permitieron recuperar ambas motos robadas. Esto, junto a análisis de huellas y otras tareas de inteligencia, permitió identificar a los presuntos responsables. Tres de ellos ya fueron detenidos: un menor de 17 años y dos jóvenes de 18 y 20 años.
El joven de 20, según la Policía, se había fugado en febrero del Instituto Nacional de Inclusión Social Adolescente (INISA), junto a otro interno de 19 apodado “Antuan”, quien apareció muerto pocas horas después de la fuga. Aunque no se ha confirmado oficialmente, una de las hipótesis es que fue asesinado por su propio compañero, hoy uno de los implicados en el crimen de Rodríguez.
Además, en el marco de la misma investigación fue detenido otro integrante de la banda, señalado como uno de los líderes, que no participó directamente del homicidio, pero sí tenía un rol clave en la estructura delictiva. Lo llamativo es que este sujeto residía en un barrio privado del departamento de Canelones. Durante su detención, le incautaron un vehículo, un arma de fuego y sustancias ilícitas.
La Policía logró capturar a todos los vinculados al caso, incluida una cuarta persona requerida, que se entregó voluntariamente en la tarde.